Aunque su cierre ya era una certeza anunciada se consuma una mala noticia para el surfing cántabro. Cada vez son menos, ya pocas nos quedan, esos lugares de encuentro, de respeto por el surfer. Los tiempos cambian, las tendencias, las fórmulas de venta y las de compra también. Una lástima pero estamos seguros que tanto Alberto y David ya tendrán otros proyecto en mente para seguir disfrutando de lo que más les gusta. Un abrazo y hasta siempre Kangaroo