El cierre de la última fábrica de foam en España: una paradoja en la industria del surf | Por Carlos Serrano

12 de marzo de 2025.

Carlos Serrano / @charlyserra

El título que encabeza estas líneas sobrevuela la cabeza de Javier Van Praag mientras caminamos entre pedazos de espuma de poliuretano que ya nunca podrán convertirse en tablas de surf capaces de brindar color y alegría al gris devenir de la vida. La última fábrica de foam en España cierra sus puertas en el mes de marzo de 2025, dejando a nuestro país huérfano de un oficio que ha sufrido el efecto de la globalización, y que ha experimentado un notable descenso en sus ventas a causa de la competencia que ejercen en el mercado los foams fabricados en México, Brasil e incluso en la remota Australia.

Hace más de diez años, Javier Van Praag concibió la posibilidad de ofrecer foams de calidad a las factorías de tablas y a los shapers de Francia y España que, por aquel entonces, debían recurrir a costosas importaciones. Oriundos de Venezuela, los Van Praag se asentaron en Cantabria después de una breve aventura en Canarias y lanzaron adelante Huracán Surf. Su idea de negocio apenas ha mutado desde entonces: proporcionar un foam fabricado en España a los shapers independientes y las grandes medianas y factorías asentadas en el norte de la península.

Nunca resultó sencillo convencer de que el producto local podía superar a los foams extranjeros, pero hasta el 2021, el negocio creció lo suficiente para que Federico, el hijo de Javier, pudiese pasar a formar parte del negocio. En 2024, y después de muchos vaivenes, Huracán Surf lanza sus últimos cantos de sirena, y reclama la aparición de cualquier socio interesado en aportar el capital necesario para competir en el mercado con los fabricantes de foam provenientes de lugares tan alejados como Sudáfrica.

El final de Huracán Surf deja atrás una paradoja que invita a la reflexión. El medioambiente y la sostenibilidad encabezan anuncios y post de Instagram, pero mientras tanto, las mismas marcas de tablas que se llenan los carrillos con la palabra “sostenible” no tienen reparos en ahorrarse un puñado de euros importando sus foams desde las mismísimas Antípodas. Acerca de este asunto, Javier Van Praag lo tiene claro:

El cierre de la última fábrica de foam en España debería ser una llamada de atención para toda la comunidad surfera. Si queremos una industria fuerte, sostenible y alineada con los valores que el surf representa, debemos empezar por exigir un compromiso real a quienes fabrican nuestras tablas.

Desde Huracán Surf, hacemos un llamado a los surfistas para que pregunten en su tienda, a su shaper o a su marca de confianza: ¿De dónde viene el foam con el que fabrican sus tablas?

La respuesta a esta pregunta puede marcar la diferencia entre una industria que se sostiene a sí misma y una que sigue dependiendo de mercados lejanos a costa del planeta y de su propia viabilidad a largo plazo.

Parece que la industria del surf, una vez más, vuelve a dejarse llevar por la corriente.

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