> «Quien ríe el último, surfea mejor» – Por Eduardo illarregui
>> Hoy en día, cuando vemos la aplastante hegemonía del thruster o del foam y la fibra de vidrio, sobre cualquier otro tipo de tabla o de materiales, podemos llegar a la errónea conclusión de que su éxito fue instantáneo y que nada más aparecer, en el mercado, los surfistas de la época, seguros de sus ventajas, corrieron a abrazarlos; nada más lejos de la realidad. El camino que separa la aparición de un invento de su uso masivo por parte del gran público no es necesariamente recto y a menudo está lleno de obstáculos tales como el inmovilismo y la cerrazón de La Mayoría, muy poca abierta a los cambios. La tabla hueca de Tom Blake, mucho más ligera y con mayor flotabilidad que sus contemporáneas, en un principio, recibió las burlas del resto de surfistas, que se mofaban de la creación del genial socorrista y de forma peyorativa la bautizaron con el apelativo de "cigarro". Más adelante, cuando, en una demostración práctica, Blake les dejó atrás remando a todos…
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Tras la segunda guerra mundial, Robert Wilson ‘Bob’ Simmons aplicó principios de hidrodinámica al diseño de tablas de surf, y también materiales que se habían utilizado en la industria militar, como la resina de poliéster y la fibra de vidrio. Esto revolucionó completamente la morfología de las tablas y su peso, pues Simmons consiguió tablas de tan sólo seis kilos. Las tablas de Simmons reunían tres características fundamentales: maniobrabilidad, ligereza y agarre. Las innovaciones de Simmons, en un principio, fueron recibidas con incredulidad y burlas por parte de los ortodoxos, que dudaban que sus invenciones pudiesen llegar a funcionar. Por fortuna para todos nosotros, Simmons no les hizo ningún caso y prosiguió con sus experimentos.
En la década de los cincuenta, Hobie Alter montó un taller en el garaje de su casa para hacer tablas de madera de balsa y fibra de vidrio, siguiendo las enseñanzas de W. Hoffman. Su padre, harto de la suciedad y el trasiego de gente, le echó y Hobie creó su propia tienda en Dana Point entre las risas generalizadas del resto de surfistas, que le preguntaban que qué haría cuando hubiese vendido una tabla a todos los surfers de la zona. Alter ha pasado a la historia como uno de los shapers más importantes y como el gran impulsor de las tablas de foam y de resina de poliéster.
Estos son sólo algunos ejemplos que demuestran las dificultades que se encontraron muchos de los materiales y modelos de tablas que hoy empleamos. Dificultades que posiblemente también se encuentran y se encontrarán los shapers innovadores de hoy en día y sus mejoras, por parte de una mayoría muy poco abierta y resistente a los cambios, pero, que, curiosamente, luego, cuando se producen, es la que más se beneficia de ellos.
Eduardo illarregui