>> Como si de una suerte de prólogo se tratase, nada más introducirnos en la exposición “Tutto Revoluto” de Jesús Alberto Pérez Castaños (Santander, 1950) nos encontramos con el famoso cuervo de Edgar Allan Poe, casi imposible de distinguir entre las innumerables figuras que componen los cuadros del autor en su afán por expresar ese “horror vacui” de colores vivos y penetrantes que recuerdan en sus formas a personajes de viajes lisérgicos.

“Nevermore”, reza el cuervo, y a continuación, en las siguientes láminas, las frases en inglés, que surgen de las bocas de figuras cómicas y caricaturescas, cuyo fin, como señala el mismo autor, es “divertir tristemente”.

Divierten, porque las formas grotescas pasan por ser demasiado barrocas como para tomarlas realmente en serio, pero cuyos mensajes, expresados en bocadillos de claro aire cómico, muestran sentencias simples y claros enunciados que evocan el romanticismo oscuro del que, precisamente, Edgar Allan Poe y su cuervo fueron estandartes…